Paul Celan
(Czernowitz, 1920; Paris, 1970)
* Este texto nace a partir de la conferencia "Heidegger y Celan" de Bruno Cuneo.
La voz de Paul Celan es indisociable de su quiebre y del llanto. La fuerza de su lenguaje da cuenta del grito de una época, de una Europa arrasada tras la Segunda Guerra Mundial, conflicto que dio cuenta de lo ilimitado de la irracionalidad humana. Irracionalidad a la que nadie queda indemne y que se esconde hoy tras la pantalla de la publicidad y el materialismo.
En esta época de indigencia, de voces vacías, Celan plantea una poética desde el quiebre de la palabra. Tras las catástrofes del último siglo el poema tiende a enmudecer desde su insuficiencia por nombrar el dolor. Es por esto que llega a la contra-palabra o el noema, vaciado de metáfora y llevado hacia lo absurdo, lo esencialmente discordante.
El poema es por tanto duelo de un tiempo oscuro, que como dice Heidegger no ha dado respuesta trascendente a los problemas del dolor, el amor y la muerte (1). Y también cumple con el fechar, con el dar cuenta de una realidad social que tiene por esencia la contradicción como forma de soporte (pienso en el funcionamiento de las democracias capitalistas y los totalitarismos del proletariado). Esto lo veremos también en autores como Samuel Beckett, Francis Bacon y el primer Eliot (por nombrar algunos). Es arte ante todo sincero, verdadero, de un lenguaje que no canta y que parte –como nos dice el propio Celan- de “un silencio rodeado y formado por el silencio de la lengua”. Un lenguaje desde la frontera.
Theodor Adorno dijo “Ninguna poesía después de Auschwitz”, y esto no significa que no se escriba más, sino que es un llamado a la poesía a dar cuenta de los límites rotos por nuestra época, por ser una poesía otra que encare la necesidad de un nuevo decir desde el abismo. Esto porque el pensar y el poetizar no pueden quedar indemnes ante el uso que se ha dado a la palabra y lo que con ella se ha fundamentado. Como dirá George Steiner nada nos puede decir que el humanismo humanice (como el ideal ilustrado): “No lo sabemos; e indudablemente hay algo terrible en dudar si el estudio y el placer que se encuentran en Shakespeare hacen a un hombre menos capaz de organizar un campo de concentración”(2).
Como todo gran poeta, Celan supera completamente la comprensión de su época, pero no está de más decir que es uno de los pocos que ha encarado la misión otorgada por la filosofía y las demás ciencias sociales a la poesía y su relación con la degradación del lenguaje en nuestro tiempo, donde el calcular y el avance técnico son esenciales en desmedro de lo verbal.
(1) No quisiera abarcar del todo este tema que estoy trabajando en un ensayo sobre la pos-modernidad y la poesía.
(2) Steiner, George “Lenguaje y Silencio”, Editorial Gedisa. Pág 83.
sábado, agosto 27, 2005
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3 comentarios:
podrías agregar la interpretación que hizo del poema de la cabaña y el balde de la estrella. Era re-guena.
otra cosa:
existen no se si programas, pero herramientas para que no te llegue spam a los comentarios (como el primero). Eso le quita toda el glamour a tu blog. Investiga... aprende... "recordar es acordarse"
merci merci Don Señor Ulises/Odiseo, habitante de Ítaca? justo hoy me llegaron tres libritos azules de bajo costo a las manos de un cierto escritor namens Celan.
guten tag für Usted.
Y de nuevo gracias.
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